DISCURSO DE APERTURA Por LIZA MAZA
En ocasión de la Primera Asamblea General de la
Alianza Internacional de Mujeres
El 5 y 6 de julio 2011 en Innotech, Quezon City, Filipinas
Queridas hermanas y amigas, mis saludos militantes.
Tengo el honor de dar la bienvenida a la Primera Asamblea General de la Alianza Internacional de mujeres (IWA) y de hacer las observaciones de apertura. Espero que la corta marcha de unidad desde la Universidad de Pilipinas hasta esta sala vigorizó nuestro espíritu colectivo para los dos días venideros en nuestra noble tarea de desarrollar y hacer avanzar la Alianza Internacional de Mujeres en su Primera Asamblea General con el tema “Avanzando una Alianza Global Militante y Anti Imperialista de Mujeres en el siglo XXI: Reforzando la Alianza Internacional de Mujeres.”
Hemos progresado verdaderamente desde que la propuesta para la formación de una alianza global anti imperialista de mujeres fue planteada y adoptada unánimemente por la Comisión de Mujeres de la Liga Internacional de las Luchas de los Pueblos((ILPS) en junio del 2008 en Hong Kong.
En ese mismo tiempo, dos organizaciones el Comité 8 de marzo de la organización de Mujeres de Diversos Orígenes en Montreal, Canadá, y GABRIELA, de Filipinas acordaron en formar de una vez el comité organizador para la conferencia en Montreal, para conmemorar el Centenario de la Declaración del Día Internacional de las Mujeres y para dirigir la organización de la alianza global de las mujeres anti imperialistas.
Desde entonces, organizaciones de mujeres de Canadá, de Estados Unidos, de los Países Bajos y de Taiwán se unieron al Comité Organizador para preparar la Conferencia Internacional de Mujeres que tuvo lugar del 13 al 15 de agosto de 2010 en Montreal. Esto llevó a la constitución de la Asamblea Fundadora de la Alianza Internacional de Mujeres el día siguiente, el 16 de agosto.
La Conferencia de Montreal del IWA y la Asamblea Fundadora fueron organizadas por las organizaciones siguientes: GABRIELA de Filipinas, Mujeres de Diversos Orígenes de Montreal, el Movimiento contra la violación y el incesto de Montreal, GABRIELA de EEUU, AMMORE de Taiwán y Pinay sa Utrecht. Sumándose también el Foro de Mujeres de Asia Pacífico y Ley y Desarrollo (APWLD), estas son las organizaciones integrantes del Comité organizador que preparó la Primera Asamblea General. Felicito a estas organizaciones por su dedicación al trabajo de hacer avanzar la Alianza un paso más.
Démosles un gran aplauso.
Camaradas, en Montreal más de 400 mujeres de 31 países se reunieron en plenarias, talleres y actividades culturales para discutir de los innumerables asuntos que confrontan las mujeres por el mundo mientras que el capitalismo moribundo suelta sus ataques más rapaces contra los pueblos pobres y oprimidos del mundo.
Para salir del hoyo insondable de la depresión prolongada, los gobiernos del Norte emprenden programas y políticas que rescatan a los ricos utilizando fondos públicos en detrimento de los trabajadores y de los pobres. Estos estados capitalistas, en complicidad con sus títeres en estados neocoloniales y países pobres, depredan los recursos humanos y naturales de estos países sacando provecho bajo la bandera desacreditada de la globalización.
En Montreal, las mujeres compartimos experiencias y contamos historias no susurrando sino con fuerza y rabia. En las plenarias y en talleres, hablamos de nuestras historias y de cómo el imperialismo ha destrozado las vidas de millones de pueblos a través del mundo, de cómo ha empeorado la explotación y la opresión de las mujeres en el mundo, y de cómo el patriarcado se ha intensificado y tomado forma como resultado de este imperialismo, que es el primer explotador y opresor de las mujeres del mundo moderno.
Las mujeres trabajadoras hablaron del desempleo y del subempleo masivo, de los sueldos bajos, con menos beneficios, de la flexibilización, la contratación y la informalización del trabajo, todos factores que convierten a las mujeres en mano de obra barata, del crecimiento de las maquiladoras, de la negación de los derechos laborales a organizarse y de los ataques contra los sindicatos.
Las mujeres indígenas y campesinas hablaron de los desalojos y del robo de sus tierras, de los desposeídos, de la militarización, de cómo las grandes corporaciones multinacionales codician sus tierras y los recursos minerales que poseen para la expansión capitalista y el llamado desarrollo que va provocando el desplazamiento de la población rural e indígena y la destrucción del medio ambiente y los ecosistemas.
Escuchamos de cómo la crisis del capitalismo de monopolio ha forzado a millones de mujeres de estados semicoloniales y de países semifeudales a migrar a otros países para trabajar solamente en trabajos sucios, peligrosos y difíciles con un pago miserable, casi siempre sin protección y haciéndolas sufrir de discriminación, xenofobia, racismo y sexismo. También han sido víctimas del tráfico de mujeres para explotación laboral y sexual.
Hablamos de las varias formas de violencia contra las mujeres: la violencia contra las mujeres migrantes adquiridas para matrimonio o novias pedidas por catálogo; las experiencias de mujeres refugiadas que huyeron de la violencia sexual en sus países de origen; de la cantidad de mujeres que han sido asesinadas o desaparecidas en Guatemala y en México; la violencia del comercio sexual y otras formas de violencia productos del racismo, del fundamentalismo y del conservadurismo que el imperialismo perpetúa para subyugar a las mujeres y para lograr ganancias en la venta del trabajo de ellas y de sus cuerpos.
Condenamos la guerra mundial contra el terrorismo dirigida por los EEUU que ha traído solo desastre, muerte y destrucción, desplazamientos, violación de mujeres, prostitución militarizada, y otras formas de violencia. Mientras tanto los EEUU y sus aliados lanzan guerras de agresión y apoyan medidas represivas y militarizan sus estados a nombre de la seguridad nacional.
Hermanas y amigas, tal es la suerte de la mayoría de las mujeres en el mundo quienes son explotadas y oprimidas por el imperialismo. Tales condiciones nos infunden una motivación nueva y todavía mayor para marchar hacia adelante llevando nuestras luchas a nuevos y más relucientes horizontes. Tal es la razón impulsiva que nos ha lanzado a forjar una gran fuerza de unidad anti imperialista global bajo la bandera de la Alianza Internacional de Mujeres.
Hermanas y camaradas, nosotras fundamos esta alianza el año pasado a los cien años de la Declaración del Día Internacional de las Mujeres proclamada por la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague en 1910, conscientes siempre del importante legado de resistencia militante que nos heredaron.
La lucha persistente de las mujeres logró para nosotras los derechos fundamentales más básicos como es el derecho al voto, a la propiedad, a tener un salario por nuestro trabajo, a la licencia por maternidad y también al derecho de organizarse y sindicalizarse. Nuestra resistencia en solidaridad con el resto de los explotados y oprimidos llevó a la victoria de luchas nacionales de liberación y a una oportunidad de vivir el futuro del socialismo donde se atiende realmente a las condiciones para la total emancipación de las mujeres y del pueblo.
Formamos esta alianza como una alianza anti imperialista, anti patriarcal, antirracista y anti sexista para organizar a las mujeres como una fuerza política y para conectar nuestro movimiento al movimiento popular por la liberación nacional y social y la igualdad de género.
Hermanas y amigas, a través de esta alianza compartimos nuestros problemas y preocupaciones para alcanzar una comprensión común de sus raíces y para clarificar la perspectiva anti imperialista y democrática necesaria al abordar estos asuntos. Por esta alianza compartimos nuestras luchas y estrategias de resistencia a través del mundo para aprender de una a otra y para reforzar nuestros movimientos. Con esta alianza expresamos nuestra voluntad colectiva en solidaridad con otros movimientos populares que luchan contra el imperialismo y toda posición reaccionaria hasta el final.
En estos dos días de asamblea tenemos tareas importantes a cumplir. Afirmaremos nuestra base de unidad que discutimos inicialmente en la asamblea fundadora en Montreal. Adoptaremos nuestra constitución, el programa general de acción, el plan de cuatro años, y elegiremos a nuestras oficiales.
Estoy segura que lograremos todas estas tareas. Con nuestra presencia aquí manifestamos la gran resolución que tenemos de llevar hacia adelante esta tarea noble de avanzar un movimiento feminista anti imperialista militante en el siglo XXI. Hoy, decimos al mundo: que la mitad de los explotados y oprimidos del mundo que los imperialistas y sus lacayos han considerado como las más mansas, las más sumisas, las más maleables, las más fácilmente subyugadas – es decir las mujeres – se están organizando y avanzan hacia adelante.
¡Viva la solidaridad internacional!
¡Larga vida a la Alianza Internacional de Mujeres!